Resumen:
La violencia de género ha sido una problemática persistente en la sociedad, lo que ha
llevado a la tipificación de delitos que atentan contra las mujeres y miembros del núcleo
familiar. Sin embargo, esta problemática va más allá de estos aspectos, incluyendo el
reconocimiento y visibilizarían de otras formas de violencia, como la violencia gineco-
obstétrica. En Ecuador, a diferencia de otros países, esta conducta no ha sido
adecuadamente identificada ni tipificada, pese al impacto significativo en las víctimas.
La violencia gineco-obstétrica se refiere a cualquier acción u omisión por parte del
personal de salud que deshumanice, humille o atente contra la integridad física y
emocional de las mujeres durante el embarazo, parto y puerperio. Es esencial resaltar que
esta forma de violencia afecta profundamente la dignidad y derechos de las mujeres,
constituyendo una violación grave de sus derechos humanos. En contextos de atención
gineco-obstétrica, esta violencia se manifiesta a través de prácticas como la negación de
tratamiento, la realización de procedimientos sin consentimiento, comentarios
humillantes y el trato despectivo. Estas conductas no solo afectan la salud física y mental
de las mujeres, sino que también generan un ambiente de miedo y desconfianza hacia los
servicios de salud. Determinar y tipificar la violencia gineco-obstétrica dentro del
ordenamiento jurídico ecuatoriano es fundamental, ya que describe una forma de
manipulación, control y abuso en un contexto extremadamente vulnerable para las
mujeres. Cada tipo de violencia requiere una conceptualización específica y un enfoque
diferenciado para abordarla y prevenirla, lo que permitiría implementar estrategias
específicas y efectivas. Por lo tanto, es imperativo reconocer la violencia gineco-
obstétrica como un delito en el COIP, dado que estas conductas objetivas que violan y
vulneran derechos están presentes en el sistema de salud. La intervención de los cuerpos
legales y del Estado es necesaria para garantizar y salvaguardar los derechos de las
víctimas. La aplicación de métodos y técnicas de investigación ha permitido identificar
las posibles causas de la invisibilidad y falta de tipificación de esta forma de violencia,
que a menudo se asocia a otros tipos de violencia más generalizados. Se debe resaltar la
necesidad de políticas y recursos para reconocer la violencia gineco-obstétrica, con el fin
de apoyar a las víctimas y sancionar a quienes cometen estas conductas. La adopción de
protocolos clínicos específicos, programas de capacitación para el personal de salud y
mecanismos de monitoreo y evaluación son esenciales para prevenir y erradicar esta
forma de violencia, asegurando un trato digno y respetuoso hacia las mujeres en todos los
servicios gineco-obstétricos.