Abstract:
El sorgo (Sorghum L. moench) es un pasto originario de África que manifiesta su óptimo crecimiento y rendimiento bajo condiciones tropicales; su corto período de desarrollo vegetativo, alto rendimiento, facilidad de siembra, adaptabilidad, resistencia a la sequía han influenciado para que sea cultivado preferentemente en regiones ganaderas como forraje en estado fresco o ensilado (DUTHIL J. 2012).
Las características nutricionales del grano de sorgo lo convierten en un alimento apto para el consumo humano; sin embargo, la mayor parte de la producción es destinada a la alimentación avícola y bovina, a la elaboración de concentrados para porcinos y ganado de leche y de carne. Situación que ha ocasionado que la industria agropecuaria se fije en este producto para darle valor agregado, llegando a ocupar el tercer lugar dentro de los alimentos de grano en el mundo (PÉREZ A. 2012).
En Ecuador el sorgo se presenta como una alternativa para las zonas agrícolas, especialmente en las zonas donde las áreas de cultivos de ciclo corto han sido reducidas por problemas bióticos y abióticos. Entre las zonas potencialmente aptas para este cultivo se encuentran las provincias del Guayas, Los Ríos y Manabí, pero también puede cultivarse, en zonas secas, después de la cosecha del arroz o maíz, aprovechando la humedad remanente que queda en dichos suelos (BUESTAN R.H.1994).
Según ORTEGA L. (2011), al momento nuestro país no dispone de suficientes materiales genéticos de sorgo adaptados a las condiciones agroecológicas en las zonas potenciales, por lo que es necesario realizar estudios de rendimientos y adaptación, con el fin de aprovechar las condiciones favorables para el desarrollo de este material en el litoral. En el caso de la península de Santa Elena, donde las pérdidas económicas de cultivos tradicionales por sequía son frecuentes, es importante buscar cultivos alternativos con mayores ventajas agronómicas, pero especialmente con una mayor capacidad para tolerar la sequía. También es necesario contemplar algunos aspectos de manejo que potencialicen las ventajas de esos cultivos, tales como la captación de aguas lluvias y las densidades de siembra. En este caso, la Península de Santa Elena cuenta con suelos medianamente apropiados para este cultivo, siendo una de las razones por las cuales se está impulsando la siembra de sorgo, con el fin de adaptarlo y obtener buenos rendimientos, ya sea con híbridos o variedades, para que a futuro se convierta en una alternativa forrajera para la alimentación animal.