Resumen:
Un somero análisis del sistema de resolución de conflictos muestra que en la actualidad nuestra sociedad tiene disponible una cantidad considerable de conflictos que deben ser decididos en los tribunales de justicia, algunos pocos son resueltos por las partes entre sí o con ayuda de un tercero llamado Juez, lográndose satisfacer sus necesidades e intereses, otros se resuelven por el triunfo del más poderoso y finalmente una gran cantidad de conflictos queda sin resolver pues el acceso a la justicia es muy costoso y complicado. Un sistema de resolución de conflictos es eficiente cuando cuenta con numerosas instituciones y procedimientos que permiten prevenir las controversias y resolverlas, en su mayor parte con el menor costo posible, partiendo de las necesidades e intereses de las partes, sobre la base del principio de subsidiariedad que se expresa así:
Los problemas deben ser tratados al más bajo nivel en la mayor medida posible, forma descentralizada mientras que al más alto nivel se trataran los conflictos en los cuales sea absolutamente necesario. Obvio es que el más alto nivel está dado por el sistema judicial. Los Tribunales de Justicia no deben ser el lugar donde la resolución de disputas comienza, al contrario estos deben recibirlos conflictos después de que se haya intentado otros métodos de resolución y no se ha ya logrado superarlos. Es necesario, por tanto buscar mecanismos adecuados para resolver los conflictos, sin recurrirá los tribunales, cambiar la cultura de litigio que se encuentra enraizada en la cultura en nuestro cantón, pues la calificación de cultura litigiosa no se basa en el número de litigios que se producen sino en la forma efectiva o no de resolverlos sin tener que recurrir a los tribunales de justicia.