Resumen:
La educación inclusiva es esencial para construir sociedades equitativas, ofreciendo a todos
los individuos acceso a una educación de calidad. En la educación inicial, la cultura inclusiva
es crucial, pues establece las bases del desarrollo académico, social y emocional de los niños.
A pesar de avances en políticas inclusivas, existen desafíos significativos en su
implementación efectiva debido a la desconexión entre la teoría y la práctica en las aulas. La
falta de formación docente, estereotipos persistentes y escasez de recursos son obstáculos
importantes.
Este estudio investiga las prácticas docentes que impactan la cultura inclusiva en la
educación inicial. Se plantea identificar, caracterizar y describir estas prácticas, así como
socializar los resultados con las autoridades educativas. Utilizando una metodología
cualitativa con un enfoque hermenéutico-interpretativo, se recabaron datos mediante
entrevistas semiestructuradas a docentes expertos y de centros de educación inicial.
Los hallazgos indican que la experiencia laboral y la formación continua son vitales para
implementar prácticas inclusivas. Existe un consenso sobre la importancia de la equidad y
la eliminación de barreras. Sin embargo, se identifican barreras como la falta de formación
y recursos, que requieren soluciones integrales. Las estrategias metodológicas deben ser
adaptativas y holísticas, promoviendo la colaboración entre escuelas, familias y
comunidades.
Las conclusiones resaltan la necesidad de capacitación continua, mejoras en infraestructura
y fomento de actitudes positivas hacia la inclusión. Las recomendaciones incluyen
programas de desarrollo profesional, sensibilización sobre diversidad y evaluación continua
de prácticas inclusivas.