Resumen:
La cooperación entre la familia y la escuela en el nivel inicial es esencial para el desarrollo
integral de los niños. Sin embargo, factores como los horarios laborales de los padres y la falta de estrategias formales dificultan su participación. Diversas teorías, como la de Vygotsky, destacan la importancia de la interacción social en el aprendizaje infantil, reforzando la necesidad de modelos educativos que fomenten el involucramiento familiar.
El modelo de Epstein (1995) plantea estrategias clave para la colaboración, pero desafíos
como la falta de espacios físicos y metodologías lúdicas limitan su aplicación. Además, estudios indican que una mayor participación de las familias mejora el desarrollo socioemocional y académico de los niños. No obstante, persisten barreras como la escasa
comunicación entre docentes y familias, las dificultades socioeconómicas y la falta de formación docente en integración familiar. A pesar de los beneficios evidenciados, existen contradicciones entre la teoría y la práctica. La implementación de estrategias efectivas requiere superar la desconexión entre el hogar y la escuela, adaptarse a la diversidad cultural y reforzar la formación docente. Las TIC pueden ser una herramienta útil para fortalecer la colaboración, permitiendo un aprendizaje más accesible y dinámico.